IGUALDAD vs EQUIDAD

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Javier Peris. Createga en NeurodiverSí. Soy neurodivergente, y tengo TDAH diagnosticado en edad adulta. La vida está llena de desafíos, y algunos de ellos pueden ser más complejos para las personas neurodivergentes. NeurodiverSí, responde a la necesidad de poder resolver estas adversidades en edad adulta, desarrollando un método propio que puede ayudar a las empresas y a las entidades formativas, entre otras, hacia modelos de neuroinclusión y de equidad de oportunidades laborales en personas neurodivergentes. NeurodiverSí, ha sido premiada en varias ocasiones por su labor formativa, divulgativa y de concienciación en la Neurodiversidad.

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IGUALDADvsEQUIDAD

IGUALDAD vs EQUIDAD.

El otro día hablando sobre esto precisamente, me vino a mis pensamientos, aquella famosa y eterna frase de William Shakespeare en su obra «Hamlet» acto III, escena I:

To be, or not to be, that is the question: …

Ser o no ser… He ahí el dilema: …

Y dice así:

HAMLET: Ser o no ser… He ahí el dilema.
¿Qué es mejor para el alma,
sufrir insultos de Fortuna, golpes, dardos,
o levantarse en armas contra el océano del mal,
y oponerse a él y que así cesen? Morir, dormir…

Nada más; y decir así que con un sueño
damos fin a las llagas del corazón
y a todos los males, herencia de la carne,
y decir: ven, consumación, yo te deseo. Morir, dormir,
dormir… ¡Soñar acaso! ¡Qué difícil! Pues en el sueño
de la muerte ¿qué sueños sobrevendrán
cuando despojados de ataduras mortales
encontremos la paz? He ahí la razón
por la que tan longeva llega a ser la desgracia.

¿Pues quién podrá soportar los azotes y las burlas del mundo,
la injusticia del tirano, la afrenta del soberbio,
la angustia del amor despreciado, la espera del juicio,
la arrogancia del poderoso, y la humillación
que la virtud recibe de quien es indigno,
cuando uno mismo tiene a su alcance el descanso
en el filo desnudo del puñal? ¿Quién puede soportar
tanto? ¿Gemir tanto? ¿Llevar de la vida una carga
tan pesada? Nadie, si no fuera por ese algo tras la muerte
—ese país por descubrir, de cuyos confines
ningún viajero retorna— que confunde la voluntad
haciéndonos pacientes ante el infortunio
antes que volar hacia un mal desconocido.

La conciencia, así, hace a todos cobardes
y, así, el natural color de la resolución
se desvanece en tenues sombras del pensamiento;
y así empresas de importancia, y de gran valía,
llegan a torcer su rumbo al considerarse
para nunca volver a merecer el nombre
de la acción.

Fuente: Cátedra de Ética Empresarial IECO-UV

La frase de este fantástico monólogo, nos invita a la reflexión sobre las dudas que nos asaltan, el sentido de la existencia humana, las inquietudes ante la vida, aunque en el caso de «Hamlet» la vida y la muerte se convierten en opciones a considerar. No, no es nuestro caso llegar a este extremo, por lo menos en esta conversación, pero sí a detenernos del estrés diario para dedicarle algunos instantes al pensamiento emocional.

No buscamos un análisis profundo del famoso monólogo, buscamos la inquietud y el pensamiento crítico: la tradición y modernidad, razón y locura, pasión y conciencia…. igualdad y equidad.
Muchas veces utilizamos los términos igualdad y equidad como sinónimos, o bien pensamos que significan lo mismo, pero con algunas pequeñas diferencias. Se tiende a confundir. Ambas palabras hacen referencia a conceptos relacionados, pero que no implican lo mismo. A nivel social existen diferencias notables.

Las igualdad es tratar a todas las personas por igual ante la ley, sin discriminar ni ofrecer privilegios a nadie, sin diferencias como pueden ser el género, raza, economía u otra características diferenciadas.
La igualdad es un derecho humano (Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidad en 1948).

La equidad, por lo tanto, pretende ser justo o impartir justicia, pero teniendo en cuenta que cada quién es diferente, tenemos necesidades individuales y diferentes, vivimos experiencias distintas por lo que necesitamos un trato específico.

Nahum Montagud Rubio, psicólogo, nos pone algunos ejemplos que clarifica más todavía las diferencias entre igualdad y equidad.

  • Igualdad de género: define la equivalencia de los hombres y las mujeres en el disfrute de los mismos derechos. Se está en contra de que determinado género sea motivo de disfrute de privilegios o víctima de discriminación. El género no debería ser un impedimento para tener las mismas oportunidades.
  • Igualdad de oportunidades: Todos los seres humanos deberíamos tener las mismas oportunidades para poder desarrollarnos de forma integral. La mayoría de estados democráticos, tratan de aplicar este tipo de igualdad, pero en la práctica es difícil de aplicar. Por ejemplo, el nacer en una familia más humilde, tal vez tenga menos oportunidades de permitirse estudios universitarios.
  • Igualdad social: poder disfrutar de todos los derechos civiles, económico, políticos y jurídicos. Como derecho a poder tener una casa, un sueldo, poder votar…
  • Equidad de género, relacionado con el término de igualdad de género, la diferencia radica en que se opta por dar un trato preferencial a las mujeres, puesto que tradicionalmente, han sido el género discriminado, ofreciendo intervenciones dirigidas exclusivamente a las mujeres para que puedan tener el mismo peso social, económico, político y jurídico que los hombres.
  • Equidad social, es el conjunto de medidas que se aplican para garantizar que todas las personas tengan acceso a las mismas oportunidades, teniendo en cuenta sus diferentes circunstancias.

Analizando estas diferencias del significado etimológico de ambas palabras, y reflexionando sobre el monólogo sobre la dualidad de la existencia de «Hamlet», nos deberíamos preguntar: quién soy y qué significa ser.

Soy neurodivergente TDAH. Antes de mi diagnóstico, me hacía muchas veces preguntas sobre mi existencia, el ir y venir, los «isis», las dudas… Ahora diagnosticado no hace mucho, entiendo muchas vivencias que tuve, he dado respuesta a muchas de las continuas preguntas que me hacía, otras las he dejado de hacer porque me he dado cuenta de que no sirve de nada hacerlas, solo que empeoraba mi estado anímico a consecuencia de no encontrar respuestas.
Ser TDAH, no es ninguna bendición, tampoco maldición, simplemente es «ser».


«La identidad y la existencia se debaten, buscan reconfigurarse, redefinirse, encontrar el sentido.»
Como nos cita Andrea Imaginario. Especialista en artes, literatura e historia cultural.

 

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